Confianza y cohesión cuando el equipo no está en el mismo lugar.
El liderazgo, en entornos híbridos, comienza con una elección y requiere una intención.
El trabajo fluye, los indicadores avanzan, pero a veces falta algo esencial: la conexión desde lo humano. La confianza en estos entornos no desaparece, simplemente se construye de otras maneras, y requiere algo que antes dábamos por hecho: intención.
Tres ideas fundamentales para fortalecer la cohesión en equipos híbridos:
1. Volver a lo humano. Conectamos mejor cuando nos permitimos ver a la persona más allá del rol. Preguntas simples como “¿Qué te está ocupando la cabeza hoy?” abren conversaciones que importan.
2. Practicar claridad radical. En lo híbrido, lo no dicho se interpreta libremente y tiene un multiplicador mayor. Acordar cómo nos comunicamos, qué significa “urgente”, validar un entendimiento estratégico claro y cómo hacemos seguimiento reduce tensiones y aumenta la confianza.
3. Fomentar vulnerabilidad compartida. No es hablar de la vida personal. Es poder decir: “No estoy en mi mejor día”, “Necesito ayuda”, “No entendí”. Esto crea seguridad psicológica en la cotidianidad.
La distancia física no determina la cercanía emocional. La calidad y la intención de las conversaciones sí. Te has preguntado ¿qué podrías hacer hoy para que alguien de tu equipo se sienta más visto, más claro o más acompañado?
Porque el liderazgo, en entornos híbridos, también comienza con una elección.