¿Cómo liderar conversaciones difíciles sin aumentar la tensión?
Comunicación No Violenta en el Liderazgo: una viaje que se vive día a día.
Es natural que en el camino de ser equipo se generen conversaciones difíciles: diferencias de opinión, expectativas no cumplidas, decisiones que generan tensión, un cambio que no ha sido expresado con claridad. ¿Cómo transformarlas en espacios de crecimiento y colaboración?
Marshall Rosenberg, en su libro Comunicación No Violenta, nos dejó un modelo poderoso y sencillo: Observación, Sentimiento, Necesidad, Petición.
Observación: Describe lo que pasó sin juicios ni interpretaciones.
“En la reunión de hoy, no presentaste el informe.”
Sentimiento: Conecta con lo que te generó la situación.
“Me siento preocupado porque esto retrasa el proyecto.”
Necesidad: Reconoce qué valor o necesidad está detrás de tu emoción.
“Necesito confianza en que los compromisos se cumplen a tiempo.”
Petición: Haz una solicitud clara y viable.
“¿Podrías compartir el informe antes de la próxima reunión para avanzar con el análisis?”
Aplicar este modelo en el liderazgo invita a elegir, en medio de la presión y las urgencias, un lenguaje que abre puertas en lugar de cerrarlas.
Cuando observamos sin juzgar, expresamos lo que sentimos, compartimos nuestras necesidades y pedimos con claridad, no solo comunicamos: construimos confianza, reducimos la tensión y generamos acuerdos más efectivos.
El mindset:
Ahora, para poner en práctica este modelo se requiere presencia, apertura y valentía. Presencia para escuchar y observar sin filtros (sesgos); apertura para conectar con lo que sentimos y reconocer la verdadera necesidad que hay detrás; valentía para expresar con claridad y respeto lo que pedimos.
Porque liderar es un viaje que implica aprender a conversar de manera que el otro se sienta visto, respetado y capaz de aportar.