Resignificar el éxito en el liderazgo
¿Cuándo fue la última vez que replanteaste qué significa tener éxito en tu liderazgo?
Muchos de nosotros empezamos midiendo el éxito desde los logros individuales: alcanzar metas, resolver problemas, normalmente asociado a nuestra área de especialidad técnica. Pero cuando damos el salto a liderar un equipo, esa definición se queda corta.
Ser líder implica repensar lo que significa “agregar valor”. En los procesos de coaching se evidencia cómo en ese momento ya no se trata solo de lo que logras por ti mismo, sino de lo que eres capaz de inspirar, movilizar y lograr a través de otros, y normalmente allí salen a la luz momentos de mucha incomodidad e inseguridad.
Éxito ya no es únicamente entregar resultados personales, sino desarrollar personas que brillen, equipos que crezcan, y culturas donde florezca la colaboración. Significa aprender a soltar la necesidad de controlar cada detalle y abrazar la capacidad de abrir espacios para que otros asuman, decidan, creen.
Cada transición en el liderazgo, cuando pasas de contribuidor individual a líder de equipo, o de líder de equipo a una posición más estratégica, de alguna manera exige una pregunta clave: ¿qué significa ahora tener éxito para mí, para mi equipo, para la organización desde este nuevo lugar?
Ese cambio de mirada no es sencillo. Requiere humildad y determinación para desaprender (a veces más rápido que aprender nuevas habilidades), valentía para confiar en otros, y conciencia para reconocer que tu mayor logro puede ser el éxito compartido.
Al final, resignificar el éxito es un viaje continuo.