De la urgencia ajena a la claridad propia: un viaje de coaching
Hace poco, en una sesión de coaching, mi coachee compartió un patrón que se repetía en su día a día: "La urgencia del otro se convierte en mi urgencia cuando permito que eso ocurra por falta de planeación de la otra persona."
¿Cuántos de nosotros hemos caído en esta trampa? Recibimos una solicitud de último minuto, sentimos la presión y reaccionamos, sin detenernos a pensar si realmente es nuestra prioridad o si estamos absorbiendo el caos y el afán de los demás.
Exploramos juntos diferentes perspectivas, aquí algunas:
¿Qué pasaría si redefinieras lo que realmente es una urgencia?
¿Qué mensaje transmites a tu equipo cuando priorizas las urgencias de otros sobre tu propia planificación?
¿Qué límites necesitas establecer para honrar tu tiempo?
¿Qué conversaciones pendientes necesitas tener para establecer límites más claros?
El resultado: una mayor conciencia sobre la importancia de liderar su tiempo en lugar de ser liderado por las demandas externas, entendiendo las dinámicas organizacionales. Al cierre diseñó y decidió implementar una regla sencilla: antes de aceptar una nueva tarea, tomarse 30 segundos para respirar y preguntarse si es suya, si es prioritaria y si hay otra forma de abordarla.
El coaching no es magia, ni trae soluciones prediseñadas, es un viaje para encontrar claridad y tomar acción con intención.