¿Sientes que tienes que mejorar la idea de alguien?
Uno de los hábitos más comunes que limita el liderazgo, según Marshall Goldsmith, es este: “Adding too much value” Es decir: sentir la necesidad constante de mejorar la idea del otro.
Parece bien, inofensivo… hasta que entiendes el costo. Cuando un líder le dice a alguien “esa idea está buena, pero podrías hacerla mejor si...”, “eso está muy bien… pero yo lo haría de esta otra forma” o “buena idea, aunque podrías llevarla a otro nivel si le agregas esto…”; lo que el otro escucha no es entusiasmo o apreciación, sino corrección. Se desinfla la motivación, además que se pierde la autoría.
En coaching, este hábito aparece a menudo disfrazado de una buena intención. Pero detrás de ese impulso hay ego, necesidad de control o incluso miedo a soltar.
A veces, la mejor manera de agregar valor es no hacerlo, sí, suena raro.
Es dar espacio. Escuchar. Permitir avanzar. Acompañar.
Qué tal si la próxima vez que alguien te traiga una propuesta, dices: “Confío en tu criterio. Avanza, y si necesitas algo, aquí estoy.” o simplemente “Me gusta. Avanza.”