Un buen acuerdo une la visión con la acción
He visto muchos líderes atrapados en el mismo punto: los acuerdos con su equipo.
No porque no quieran, o incluso porque no lo sepan hacer, sino porque a veces cuesta decir con claridad lo que se necesita, escuchar de verdad lo que el equipo propone, negociar de nuevo las prioridades, validar expectativas o revisar juntos cómo van las cosas.
El resultado es predecible y reiterado: tareas que se malinterpretan, entregables que no cumplen las expectativas, supuestos que se cruzan, y normalmente frustraciones que crecen y no se manifiestan.
Cuando el líder se atreve a tener esas conversaciones, algo cambia: la claridad y la escucha traen confianza, los acuerdos traen foco, y revisar juntos se convierte en una práctica que fortalece la relación y mejora el resultado.
Porque al final, liderar no es dar órdenes, es construir acuerdos que hagan posible avanzar juntos.